Después de cinco horas insufribles de autobús por la noche, por fin llego a la estación de metro. "En media hora estoy en casa y me meto en la cama", pienso.
Pobre infeliz:
¡Mi metro no viene en al menos otros 35 minutos!
Así que a leer, que si me duermo la podemos liar :-/
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