Cual fue mi sorpresa cuando salí con la sensación de satisfacción con la que salía cuando iba de niño. Me asombraron los domadores de leones y cocodrilos (¡y focas!), los payasos me hicieron reír a carcajadas, los funambulistas hicieron que suspirara de alivio cuando llegaban al final de la cuerda por la que andaban a 5 metros del suelo y los malabaristas hicieron que quisiera de nuevo intentar imitarlos. Todo como cuando era niño. Y al ver a mi hermana me veía a mi mismo hace 15 años (ahora tengo 23), experimentando lo mismo que ahora pero elevado al cubo.
Lo que no recordaba es que fuera tan, tan, tan largo. Desde las 17:15 que hemos entrado hasta las 20:00 que ha terminado se me ha hecho un poco largo. Aún así ha merecido la pena, y el año que viene volveré con ella, se lo he prometido :-)
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